Por María Laura García
Hoy les voy a compartir mis reflexiones al respecto. Si nos sumergimos a diario en la información que circula en las redes sociales y demás plataformas de comunicación y, lo hacemos sin la inmunización que nos regala la FE o la confianza, sería imposible salir airosos y sin una carga altísima de temor.
Es incuestionable el miedo que siembran aquellos de posturas extremas, poco generosas y empáticas, o los que incluso formando parte de minorías nos quieren imponer sus formas de vivir, o bien los ególatras de turno que dirigen los destinos de países y del mundo sin un mínimo atisbo de demócratas, razón por la cual, nos tienen sumergidos en guerras sin sentido y paren ustedes de contar. Repito, creo que es imposible no sentir susto, puesto que, hay países en los cuales hasta el pensar distinto o decir la verdad puede llevar a sus ciudadanos a ser apresados y torturados, lo que produce terror.
También hay ciudades en las que sientes ansiedad por la delincuencia, por no sentirte capaz de encajar o gustar, o de llenar las expectativas de éxito, de apariencia y un sinfín de estándares que son simplemente para las minorías y esos privilegios se venden como algo que debería tener todos, y es imposible. Están hasta los que temen hasta de enfermarse porque no tienen cómo pagar lo que puede costar algo así. Vivimos aterrorizados por los virus emergentes, autoinmunes o el cáncer.
En síntesis, todos tememos muchas cosas, el tema es que esto no te permita vivir bien. Ahora bien…
¿Qué es el miedo?
Se trata de una sensación natural que nos alerta sobre la presencia de un peligro o algo desconocido, y eso no está mal porque es un aviso de que debemos estar atentos y protegernos; lo negativo es o sería que esa sensación natural sea desbordada y se apropie de nuestra vida permanentemente, impidiéndonos actuar, es decir, paralizándonos. Si amigos, la inseguridad nos anula.
Entonces, debemos ganar en habilidades y aprender a reconocer si hay razones para temer con la intención que esta sensación exagerada no domine nuestra existencia. Es mandatario detectar los miedos infundados para disminuir su impacto negativo en nuestra cotidianidad.
Por otra parte, la competencia diaria en función de logros que nos impone la sociedad nos expone, ciertamente, a otro tipo de temor constante, el de estar a la altura. Ante esto la confianza en nosotros es esencial, así como el cultivar la FE y la autoestima. Deja de poner tu confianza en las manos de los que te rodean y en su reconocimiento. No esperes ser tenido en cuenta siempre, pues algunas veces eso no sucederá y no por ello te debes venir abajo, porque el miedo al rechazo te hará retroceder una y otra vez hasta dejar tu autoestima en el nivel más bajo.
Por ello, insisto, no le des a otros el poder, este es solo tuyo. Por ejemplo, pobre de aquellos que se comparan en redes sociales, sin entender que muchos se ven sonrientes en las fotos y exitosos, pero seguro no te preguntas si todo eso que ves es real.
Otros viven atemorizados de solo imaginar salir de su zona de confort. Están tan acostumbrados a lo que hacen y tienen, que les da miedo moverse y perder lo que han conseguido, debido a que no ven el cambio como una oportunidad. Por el contrario, para alguien infectado por el miedo, el cambio representa salir de su estado de bienestar y ese bienestar muchas veces es lo que lo limita y los llena de susto.
Por miedo … ¿Estamos perdiendo la ilusión de vivir?
Nuestro mundo cambia y se mueve a una velocidad de vértigo, por lo cual; todos nos sentimos muy vulnerables y desvalidos. ¿Quién nos va a proteger de todas estas amenazas?
Es todo un reto digerir la realidad y aprender a gestionarla. ¿Por qué nos cuesta tanto? ¿Por qué nos sentimos sobrepasados? Vivimos tiempos de gran convulsión y las situaciones cambian y evolucionan muy rápidamente, no se puede negar, pero a lo largo de la historia el hombre ha demostrado una y otra vez su capacidad de salir adelante, así que seguramente ahora no será distinto.
Es complicado asimilar todo lo que está pasando y más cuando la Inteligencia Emocional no está en el temario en la mayoría de los centros educativos; pues se sigue dando prioridad a los conocimientos técnicos frente a la educación sentimental, cuando en el educar está implícito el inculcar valores y principios.
Por otra parte, los seres humanos no dejamos de buscar la seguridad y certezas, pues nos aporta una falsa sensación de control sobre nuestra vida y sobre nuestro mundo; y sin embargo, sabemos que la existencia está marcada por imprevistos y por obstáculos de principio a fin.
Dejemos de darle tanto protagonismo al temor…
Comienza por:
- Aceptar, pues hagamos lo que hagamos, los acontecimientos sobre los que no tenemos control seguirán produciéndose. Saca lo positivo de lo malo que sucede y sigue adelante.
- Ten confianza y FE. Puede que no tengas FE en nada ni en nadie, pero al menos siempre puedes CONFIAR en ti.
- Aprende a tener y mantener la calma de la mano de expertos. Hay muchas herramientas.
- Cuida tu lenguaje y pensamientos. ¿Por qué? Leí esto: “Nuestro lenguaje es nuestro mundo y, por tanto, nuestra realidad”, si nos hablamos con más cariño y con más esperanza, podremos modificar dicha realidad, pero además supone otro efecto positivo y es que transmitiremos a nuestros seres queridos serenidad”.
- Asume siempre que, todo pasa, así que con paciencia enfócate en salir del atolladero.
- No centres tu mirada en lo negativo, busca siempre el lado amable de la vida.
- En medio de cualquier circunstancia, cuida tu salud física y mental, si te mantienes sano, siempre tendrás más energía para enfrentar cualquier situación.
- Si te sientes sobrepasado o con ansiedad, reconócelo, para que puedas buscar ayuda en otros. Hacerlo no es signo de debilidad, sino de mucha fortaleza.
Espero que esta reflexión dominguera te ayude de algo, a mi me permitirá comenzar la semana con más energía. Hasta la próxima.
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