En un suceso que ha sacudido a la tranquila ciudad de Provo, en Utah (EEUU), una niña de tan solo 13 años ha intentado quitarse la vida, revelando una cruda realidad sobre las dificultades que enfrentan algunos jóvenes en la comunidad.
Según los informes preliminares, las «pésimas condiciones de vida» fueron el factor determinante que llevó a la niña a tomar esta trágica decisión.
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En concreto, se detalló que la menor habló con el personal médico para compartir que vivían en un remolque sin comida ni agua. Tampoco tenían baños y su madre se drogaba.
La mujer, que supuestamente es la madre de la niña, quedó arrestada y acusada de poner en peligro a un menor. La identidad de la señora no fue revelada por las autoridades de Provo.
“Se pone muy furiosa y molesta cuando no tiene acceso a las drogas”, dijo la niña.
La menor también compartió que, en algunas ocasiones, cuando despertaba estaba junto a ella una de las parejas sexuales de su madre.
Tras la confesión de la madre, quien admitió haber usado metanfetamina en presencia de sus dos hijos, la niña de 13 años y su hermano de nueve quedaron bajo la protección de Servicios Infantiles, mientras la policía continuaba con la investigación.
Para que el caso resulte más dramático, la madre dijo que “no sabía que estaba mal” lo que hacía frente a sus hijos.