El Gobierno de EEUU se estaría alistando para prohibir a más empresas operar en Venezuela tras la cancelación de la licencia a la petrolera Chevron, lo que significaría una mayor presión para la Administración de Nicolás Maduro.
Tal información la revelaron fuentes cercanas al asunto a la agencia Bloomberg. Trascendió que funcionarios de la Casa Blanca han hablado ya con varias compañías, entre ellas la petrolera francesa Maurel & Prom SA. Lo mismo con una de asfalto que dirige un magnate de Florida, de nombre Harry Sargeant.
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Ese medio reveló que se les dijo que tienen 30 días para cerrar sus operaciones en Venezuela, una vez EEUU anule sus exenciones para operar allí. Así, no entrarán en conflicto con las sanciones, según los informantes.
Frenar el trabajo de las empresas en el país caribeño se traduciría en un «duro golpe» a la economía venezolana. Al mismo tiempo, sería mayor presión para Miraflores, mientras Trump redobla esfuerzos para llegar a un acuerdo sobre las reformas democráticas y que se acepten a más migrantes que EEUU planea deportar.
PODRÍA HABER UN GIRO
El Gobierno de Donald Trump cuenta con múltiples asesores y funcionarios con puntos de vista distintos sobre cómo tratar el tema Venezuela. Por ello, es posible que el mandatario dé un giro de último minuto y permita a las compañías petroleras seguir operando en la nación sudamericana.
Otras empresas extranjeras en Venezuela están expectantes de si EEUU les cancelará sus licencias, tal como pasó con Chevron. Se trata de la española Repsol y la italiana Eni.
A pesar de las estimaciones de los expertos sobre el impacto negativo que puede generar la salida de Chevron y otras empresas, Maduro minimizó la gravedad de ello. El jueves, dijo que la producción petrolera del país «no caerá ni un litro o barril».